La Pandeira, un instrumento que lucha por hacerse un lugar en el mundo moderno
Reportaje en Bierzo TV (ver)
Sábado, 3 diciembre 2011
La pandeira es un instrumento con profundas raíces en la tradición de Los Ancares que lucha por no desaparecer en el mundo moderno, está asociado al canto como acompañamiento rítmico y ha sido el tema de la conferencia del musicólogo, Juanjo Fernández, dentro de las IV Jornadas Etnográficas, organizadas por la Federación de Vecinos del Bierzo con la colaboración de la Asociación Abelladeira.
Ancares, la cuna de la "pandeira"
Abelladeira, artículo en el Diario de León (ver)
m. j. alonso | ponferrada 04/12/2011
Si Ancares ha sido capaz de conservar las pallozas pese a que éstas han ido desapareciendo de todo el territorio comarcal, cómo no iba a hacer lo mismo con su tradición musical. Es este valle berciano el que mejor ha sabido conservar sus tradiciones, incluyendo la ‘pandeira’ o pandereta, que ayer se convirtió en objeto de estudio en la Casa de la Cultura de Ponferrada.
Y es que la ‘pandeira’ no ha sido sólo un instrumento, sino también una seña de identidad y un modo de vida. Su ritmo ha marcado, durante siglos, la alegría de los vecinos de Ancares. Pues si bien también sirve de canal para contar historias reales, su fin último es el de la diversión. Así lo explicó ayer el estudioso de la música Juanjo Fernández. Un lucense que se ha acercado a la tradición ‘pandereteira’ de los Ancares, en una parte gallegos, para intentar que no caiga en el olvido de las generaciones más jóvenes.
Fue este músico el encargado de desgranar ayer los detalles más significativos del entorno cultural en el que se desarrolla la ‘pandeira’. Una sesión divulgativa organizada por la Federación de Asociaciones de Vecinos en colaboración con Abelladeira, en la que también participó un grupo de mujeres, expertas en hacer sonar este instrumento.
Lo cierto es que todavía hay un nutrido grupo de personas en Ancares que saben hacer sonar la pandereta de forma hábil y armoniosa. Por ello éste sigue siendo el instrumento más característico de la zona, pese a la irrupción de las nuevas tecnologías y el gran cambio experimentado en los gustos musicales de los más jóvenes. Pero también es cierto que son personas mayores aquellas que todavía golpean la palma de su mano contra el cuero de la ‘pandeira’. Ellos, pese a su edad, son el único futuro de un sonido único, lejano a la electrónica.
m. j. alonso | ponferrada 04/12/2011
Si Ancares ha sido capaz de conservar las pallozas pese a que éstas han ido desapareciendo de todo el territorio comarcal, cómo no iba a hacer lo mismo con su tradición musical. Es este valle berciano el que mejor ha sabido conservar sus tradiciones, incluyendo la ‘pandeira’ o pandereta, que ayer se convirtió en objeto de estudio en la Casa de la Cultura de Ponferrada.
Y es que la ‘pandeira’ no ha sido sólo un instrumento, sino también una seña de identidad y un modo de vida. Su ritmo ha marcado, durante siglos, la alegría de los vecinos de Ancares. Pues si bien también sirve de canal para contar historias reales, su fin último es el de la diversión. Así lo explicó ayer el estudioso de la música Juanjo Fernández. Un lucense que se ha acercado a la tradición ‘pandereteira’ de los Ancares, en una parte gallegos, para intentar que no caiga en el olvido de las generaciones más jóvenes.
Fue este músico el encargado de desgranar ayer los detalles más significativos del entorno cultural en el que se desarrolla la ‘pandeira’. Una sesión divulgativa organizada por la Federación de Asociaciones de Vecinos en colaboración con Abelladeira, en la que también participó un grupo de mujeres, expertas en hacer sonar este instrumento.
Lo cierto es que todavía hay un nutrido grupo de personas en Ancares que saben hacer sonar la pandereta de forma hábil y armoniosa. Por ello éste sigue siendo el instrumento más característico de la zona, pese a la irrupción de las nuevas tecnologías y el gran cambio experimentado en los gustos musicales de los más jóvenes. Pero también es cierto que son personas mayores aquellas que todavía golpean la palma de su mano contra el cuero de la ‘pandeira’. Ellos, pese a su edad, son el único futuro de un sonido único, lejano a la electrónica.
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